domingo, 1 de mayo de 2016

MARATONA DI ROMA 2016



10 de abril 2016, 8.45 horas: se da la salida del maratón de Roma.

Esta historia empieza casi un año antes: sí, se me ha ido la mano con el teclado y lo que vas a leer va a ser un auténtico tocho, así que si vas con el tiempo justo puedes ir directamente más abajo y leer las conclusiones. Si poco te importan mis (des)aventuras y has llegado aquí buscando alguna información sobre el maratón de Roma, puedes saltarte todo el tocho e ir al último párrafo.

Como he dicho esta historia empieza casi un año antes: en el mes de junio de 2015, en ocasión de mi 40º cumpleaños, recibo un paquete de mi hermano Fabio y su mujer Costanza, que contiene una inscripción al maratón de Roma y una  invitación a un fin de semana en la ciudad eterna. Uff.. ¡menuda sorpresa! No me lo pienso mucho y en pocos días formalizamos la inscripción, aprovechando los precios más bajos vigentes en ese momento.


Quedan muchos meses por delante, pero tengo claro que no voy a renunciar al maratón de Barcelona el 13 de marzo de 2016, así que me esperan dos maratones en un mes, algo que nunca he hecho (en 2014 pasaron casi dos meses entre el maratón de Barcelona y la Colle Marathon). Como creo que es muy difícil hacer dos maratones a tope en tan poco tiempo, en Barcelona iré a por marca mientras en Roma el primer objetivo será disfrutar sin un objetivo concreto de tiempo.

Efectivamente en Barcelona me encuentro bien y consigo mi objetivo (bajar de 4 horas), así que solo queda recuperar lo mejor posible para Roma. Estoy más de 10 días si correr antes de volverme a poner en marcha, y realizo algunas salidas, la más larga de 15 km el domingo antes del maratón. Casi nada se puede hacer con dos maratones tan cercanas, apenas tienes tiempo de recuperarte de la primera y no da tiempo a hacer ninguna mini preparación específica para la segunda.

El viernes a mediodía llego a Roma y por la tarde voy al ‘Marathon Village’ a recoger el dorsal y la bolsa del corredor. El Palacio de los Congresos que alberga el Marathon Village se encuentra en la zona EUR, al sur de Roma. La verdad una zona alejada del centro y bastante incomoda para llegar, hay que coger el metro y luego andar unos 15 minutos para llegar al pabellón.


Alrededores del Palacio de los Congresos




En los días previos mi inscripción no constaba aún completada por alguna incidencia con el certificado médico obligatorio, a pesar de haberlo enviado un par de veces por correo juntamente con un formulario proporcionado por la organización. No recibí ningún correo de confirmación con el número de dorsal. Así que tuve que pasar por la mesa de incidencias donde había bastante cola, la mayoría extranjeros o italianos residentes en el extranjero que como yo tenían alguna incidencia con el certificado médico.

Marathon Village


Finalmente no hubo más problemas y pude retirar mi dorsal con el chip incorporado. La bolsa de corredor incluía una camiseta, una mochila de uso obligatorio para el guardarropa, un paquete de pasta, una pulsera para identificar el cajón de salida, la revista del corredor y algunas muestras de productos.

La feria del corredor la recorro de prisa ya que iba con el tiempo justo, tenía que volver al centro de Roma ya que había quedado con mi hermano que estaba a punto de llegar.

El sábado lo dedicamos a hacer un poco de turismo por el Esquilino, el barrio de Monti y el centro histórico de Roma. No sé cuántos kilómetros habré hecho el sábado, pero desde luego no fue un día de descanso. La cena fuimos a un restaurante típico romano donde no pude resistir a degustar algunas especialidades locales, es verdad que no fue la alimentación ideal para la noche antes de un maratón pero tampoco fue una gran comilona, y desde luego no me esperaba que algo me sentase mal y que me hiciese pasar una noche horrible.

La mañana siguiente me despierto habiendo dormido muy poco, desayuno y nos acercamos andando a la zona de salida, que está a un par de kilómetros de nuestro apartamento.




Cada vez se ven más corredores hasta que empezamos a ver desde lejos la silueta del Colosseo rodeado de centenares de corredores.

Una hora antes de la salida


La zona de salida está bien organizada: los atletas se concentran por detrás del Colosseo. Como no hay ningún pabellón cerca, las mochilas se tienen que depositar en varios camiones aparcados en una avenida ancha por debajo del Colosseo. Se tiene que dejar la mochila en el camión del mismo número que tienes indicado en el dorsal, y ya está. No se hace ninguna cola. Al final de la carrera, los camiones los encontraremos justo después de la llegada para poder recoger la mochila.


Camiones para dejar la mochila



Después de algunas fotos por delante del Colosseo, toca empezar a pensar en la carrera y alcanzar la zona de salida. Como si fuéramos unos gladiadores romanos, los corredores nos dirigimos a la zona de salida a través de un recorrido con el Colosseo a la derecha y el majestuoso Arco de Constantino a la izquierda. ¡Impresionante!
 
Entrando a la zona de salida

La salida está en la Via dei Fori Imperiali, una avenida muy larga pero bastante estrecha. Con más de 16.000 inscritos, la salida se hace en tres oleadas separadas por 5 minutos de tiempo. Primero hay que pasar por unas puertas de seguridad y aquí los que salimos en la tercera oleada nos quedamos parados varios minutos. Efectivamente la salida se demora unos 5 minutos pero finalmente entramos en la recta de salida. En esta tercera oleada están los atletas con un tiempo superior a las 4 horas (en el momento de la inscripción es lo que indiqué, ya que aún no había bajado de las 4 horas). Pero en este maratón el tiempo máximo permitido es de 7 horas y media, es decir que se puede completar prácticamente andando. Por lo tanto se trata de un cajón muy heterogéneo donde se encuentran atletas con tiempos muy dispares.


Antes de la salida

 
 
 
 
 
 
 
Salida de la tercera oleada que finalmente se da con unos 5 minutos de retraso, los primeros kilómetros son bastante caóticos y cuesta correr con tranquilidad, pero son momentos espectaculares con mucho público, el paso por delante del Campidoglio, y algunas bandas musicales que animan los corredores a lo largo del recorrido.

Salida y primeros kilómetros


En breve alcanzo la liebre de las 7h30’... Eso significa que las liebres han salido en primera línea de esta oleada, y no repartidas en la misma, lo cual no tiene mucho sentido, deberían de haberse colocado a lo largo del cajón, y tengo que adelantar a otros atletas más lentos o que incluso van caminando. Los primeros kilómetros los hago a un ritmo de más de 6:00/km. Sigo alcanzando otras liebres, 6h00’, 5h30’, etc.

Primer avituallamiento en el km 5 y me cuesta creer lo que veo, desde lejos veo que las mesas solo están en el lado izquierdo, y están repartiendo agua en vasos, pero los voluntarios no dan abasto a llenar los vasos para tantos corredores, esto no me gusta nada, con lo que me gusta a mi llevarme mi botellita e ir bebiendo pequeños tragos de agua.. Intento ir a una de las últimas mesas y por suerte veo allí algunas botellitas de agua y cojo una. Comparado con los avituallamientos que hay en el Maratón de Barcelona esto es muy caótico...

Poco después alcanzo la liebre de las 4h30’. Mientras el recorrido ya sale del centro de la ciudad y se dirige hacia el sur. A partir del km 5 se puede empezar a correr con un poco de tranquilidad e intentar buscar un buen ritmo, aun así apenas consigo bajar de 5:30/km.

Casi en el km 10 alcanzo también la liebre de 4h15’ y paso al km 10 en 57:41.

Mientras estamos corriendo a la orilla del río Tevere y hemos vuelto muy cerca de la zona de salida, aquí sobre el km 13 me encuentro con mi hermano y con Costanza, les digo que de momento voy bastante bien y me deshago de la indumentaria en exceso que ya no hace falta ya que empieza a hacer calor.

Km 13 y puente sobre el Tevere


Cruzamos ahora el Tevere y nos dirigimos hacia el Vaticano, y después de una curva al final de una recta aparece la figura majestuosa de la Basilica de San Pedro, es un privilegio poder correr aquí delante de uno de los monumentos más famosos del mundo.

Piazza San Pietro

Pasado el Vaticano toca centrarse de nuevo en la carrera ya que me acerco a la media maratón, en uno de los puestos de animación musical está sonando ‘We are the champions’ de Queen, todo el grupo de corredores se pone a cantar y levantar los brazos en una gran inyección de motivación.

Km 21


Llega la mitad de la carrera donde paso en un modesto 2:01:43, con algo de tiempo perdido en los primeros kilómetros que no he conseguido recuperar del todo. El recorrido se dirige ahora hacia el norte cada vez más en las afueras en zonas con poca gente. A partir del km 25 empiezo ya a notar el cansancio y a bajar el ritmo, sobre el km 28 además hay medio kilómetro de subida donde hecho a andar y a todo comienza a notarse también el calor. Intento tomar los geles y el magnesio que llevo pero con mucho cuidado ya que mi estómago podría sufrir.

Ni las piernas ni el resto del cuerpo me sostienen y además en el km 30 el estómago revuelto me obliga a hacer una parada técnica en el lavabo. Todavía queda mucho para el final y me veo andando hasta el final, durante unos momentos pienso que de esta manera esto ya no tiene mucho sentido pero no he venido hasta aquí para retirarme, decido que voy a cruzar la línea de meta por la llegada delante del Colosseo, por la medalla, por mi hermano y Costanza que me están esperando, porqué tengo previsto escribir mis aventuras en lenius.it y no llegar sería un fracaso...

Km 30, con ganas de saludar a pesar de las dificultades


A partir de allí toca tener la cabeza fría, asumir la situación y tratar de hacerlo lo mejor posible en las condiciones en que estoy, esto se traduce en que voy alternando tramos corriendo con tramos caminando. Así será hasta el final.

Km 35


A partir del km 35 volvemos al centro de Roma y por lo menos el entorno cambia. Saliendo de Piazza Navona veo de nuevo a mi hermano y a Costanza, me acompañan corriendo unos metros, es una gran ayuda en ese momento para levantarme un poco la moral.

Km 37



Ahora corremos rodeados de mucho público aunque muchos son turistas poco interesados al maratón. Sobre el km 40 me alcanzan las liebres de 4h30’ y decido intentar seguirlas, parece que lo consigo y esto me anima un poco, pero las aguanto unos 10 minutos hasta que un par de pinchazos me obligan a ir caminando. Pues nada, eso quiere decir que ni bajaré de las 4 horas y media…

Pasamos por Via del Corso, Piazza del Popolo, ni me entero del paso por Piazza di Spagna. El inconveniente de estos kilómetros por el centro de Roma son las calles adoquinadas (sampietrini) que desde luego no ayudan a las piernas que ya están al límite. En estos tramos no terminas de pisar en suelo llano y se añade una dificultad adicional. En el último kilómetro hay un tramo de bajada sobre adoquines donde intento correr pero de nuevo pinchazos en las piernas y a caminar.

Km 40, detrás de las liebres de 4h30'

Km 42


Espectacular el paso delante del Campidoglio estropeado pero por una horrible música techno, digo yo que estaría mucho mejor una música en plan de película de romanos o porque no, alguna canción de Antonello Venditti, un cantautor romano que escribió diversas canciones sobre su ciudad.

La última curva y ya entro en la recta de meta, esto ya está hecho, a la derecha en las gradas están Fabio y Costanza animándome, a pesar del sufrimiento y del tiempo muy modesto es una gran alegría cruzar la línea de meta, por lo menos entro corriendo, ya me entregan la medalla con el Colosseo de fondo, y ¡¡Roma también está hecha!!

Llegada


4:31:26 mí tiempo final, 2 horas y media para hacer la segunda media maratón, un resultado modesto que por momentos me deja un sabor agridulce, aunque pronto valoro lo positivo que es haber conseguido terminar.
 
 

Conclusiones

Ya pasados unos días valoro muy positivamente el hecho de haber terminado la carrera. La verdad es que no salí en las mejores condiciones para poder disputar una buena carrera, de hecho hice todo o casi lo que no se debe de hacer antes de un maratón. Además del hecho de que 4 semanas antes corrí el maratón de Barcelona, se sumaron otros factores como el descanso insuficiente, el cansancio acumulado en los días previos, una alimentación no adecuada sobre todo la noche antes y por ultimo bastante calor el día de la carrera.

En estas condiciones solo pude aguantar poco más de la mitad y a partir de allí no quedaba otra que asumir la situación e intentar llegar a meta lo más dignamente posible. Finalmente mi tiempo ha sido muy superior al que había conseguido 4 semanas antes en Barcelona (más de media hora más lento…).

Pero este maratón solo era una parte del fin de semana que ha tenido muchas más cosas. Desde luego si en futuro volveré a correr un maratón en otra ciudad que no sea Barcelona tendré que cuidar mucho mejor los aspectos previos si quiero conseguir un registro decente.


Sobre el maratón de Roma

Con más de 16.000 inscritos y casi 14.000 finishers es con diferencia el maratón más multitudinario de Italia (puedes consultar aquí el calendario de todos los maratones que se corren en el país transalpino) y se sitúa en el top ten europeo (a fin de año debería situarse entre la 5ª y 7ª posición). El gran atractivo de este maratón es desde luego su recorrido que pasa por todo el centro de Roma y por algunos de sus monumentos más famosos. Hay que decir que evidentemente para alcanzar los 42 km se pasa también por zonas periféricas y menos bonitas. La salida y llegada se encuentran en un marco inmejorable delante del Colosseo y en los Foros Imperiales.

Recorrido Maratona di Roma
 
La organización es buena aunque hay aspectos a mejorar.

Entre los puntos buenos destaco la muy buena organización en la salida, depósito de bolsas y acceso a la zona de salida. También la información previa a la salida fue muy buena, tener en cuenta que la parada de metro del Colosseo está cerrada el día del maratón y hay que llegar a la salida andando un rato. Muy chula la medalla y la mochila, la camiseta correcta.

Entre las cosas a mejorar, lo más importante los avituallamientos, donde como comentaba el agua se reparte mayoritariamente en vasos de plástico, con personal insuficiente para la cantidad de corredores y además solo por un lado del recorrido. No hay ningún contenedor de basura después de los avituallamientos con lo cual la calzada se convierte en un campo de batalla donde hay que esquivar todos los vasos, botellas o tapones.

La recogida del dorsal resulta incómoda por su ubicación al sur de Roma y por las colas que se generaron sobre todo el sábado. Además muchos corredores, sobre todo extranjeros (y entre ellos un servidor) tuvieron que pasar por el banco de incidencias por algún problema con el certificado médico que es obligatorio para poder participar en esta y en la mayoría de maratones italianos. A los que vayan al maratón de Roma les aconsejo de comprobar con antelación que su certificado médico sea idóneo y que su inscripción resulte completa. Lo mejor y más fácil es rellenar este formulario y hacerlo firmar por vuestro médico. Para cualquier duda podéis enviar un e-mail a la organización, la respuesta no será inmediata pero en algunos días contestarán.

Debido al gran número de participantes este año se realizó la salida en tres oleadas, pero el problema fue, a parte algunos minutos de retraso, que en la última oleada, donde me encontraba yo, se mezclan atletas con tiempos muy dispares, entre 4 horas y 7 horas y media que es el tiempo máximo que la organización permite para terminar el maratón, y esto genera que en los primeros kilómetros no se corre con comodidad. Además las distintas liebres salieron todas al principio de este cajón y no repartidas en el mismo, generando más confusión si cabe.

El recorrido es bastante llano con muy pocas subidas, la más difícil está alrededor del km 27 con unos 500 mt de subida, y hay algún otro repecho pequeño al cruzar los puentes sobre el río Tevere. Hay bastantes curvas. A esto se añade la dificultad de los casi 8 km de ‘sampietrini’ (adoquines), al principio no te enteras pero los últimos kilómetros por el centro de Roma con este suelo pueden ser un suplicio para las piernas ya maltrechas. En resumen no es el mejor circuito para hacer marca.


Hay mucho público en las zonas más céntricas (y mucho turista también), pero falta animación en las zonas más periféricas, quizás allí el público romano no está muy involucrado.

Destacar el trabajo de los guardias urbanos para hacer cruzar a los turistas sin molestar a los corredores, de hecho tienen un muy buen sistema para hacer cruzar incluso grupos grandes, repito, sin molestar a los corredores.


En resumen un gran recorrido en una ciudad llena de encanto e historia, que llama la atención de miles de corredores, que pero en ciertos aspectos de la organización manifiesta este carácter un poco caótico que es un signo distintivo de esta ciudad.

 

Un agradecimiento especial a Fabio y Costanza por todo el fin de semana y por haberme permitido vivir la experiencia de este maratón.
 











* Fotos de Fabio Colombo, Filippo Colombo y algunas imágenes sacadas de los videos oficiales de la carrera

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