lunes, 1 de diciembre de 2014

MATAGALLS-GRANOLLERS: MEJOR QUE NO

Hace unos meses emprendí un viaje hacia lo desconocido que se llama Oxfam Intermon Trailwalker, y que consiste en terminar un recorrido de 100 km en menos de 32 horas. Por suerte no estoy solo en este reto y junto con el resto del equipo habíamos planeado esta travesía como parte del entrenamiento y como primer test para ir disipando las miles de dudas que ahora mismo tenemos.

Ficha de la carrera:
Carrera: Travesía MATAGALLS-GRANOLLERS
Lugar: de Sant Bernat del Montseny a Granollers
Tipo: travesía de montaña
Distancia: 44 km
Desnivel: --
Terreno: pista forestal y trialeras
Coste inscripción: 24 €
Participantes: --
Tiempo del ganador: --
Mi objetivo pre-carrera: disfrutar del día con amigos y hacer un primer test serio para la OI Trailwalker
Tiempo final: --
Posición final: --
 
 
Tenía mucha ilusión por hacer esta travesía por varios motivos:
· lo primero, como ya he dicho, era un primer test con el resto del equipo
· segundo, todavía no había hecho una travesía de este tipo (el año pasado sí que hice un maratón de montaña)
· tercero, aún no había tenido ocasión de estar en el Matagalls, una montaña con un aire de "leyenda", desde donde salen varias travesías, las más famosa de las cuales es la Matagalls-Montserrat, así que me hacía ilusión ir.
El recorrido era de 44 km, con salida del pueblo de Sant Bernat, subida al Matagalls, posterior bajada y a partir de allí todo un sube y baja por el Montseny hasta llegar a Granollers.
 
 

Sin embargo, un invitado no deseado se iba a juntar a la fiesta: el mal tiempo.
La organización, vistas las previsiones, ya había tomado cartas en el asunto y había modificado el recorrido, eliminando el primer tramo de subida y bajada al Matagalls, y modificando el lugar de salida, que sería en El Brull, para poder tener un primer tramo de pista forestal más fácil y más seguro.

Durante todo el sábado la lluvia y el viento cayeron con fuerza, y para el domingo la previsión era más de lo mismo.






Frente a este panorama decidimos no acudir a la travesía.
Tengo que decir que no es fácil tomar estas decisiones. La ilusión y las ganas de practicar este deporte y de disfrutar de ello son tantas que a veces te hace perder el sentido de las cosas. Es posible que anteriormente, en alguna ocasión, haya puesto este deporte por delante de otras cosas. Es la lucha entre tu parte racional y tu parte pasional, simplemente cuando algo te gusta tanto no quieres dejar de hacerlo, y menos cuando es algo programado y llevas días esperando que llegue el momento.
 
 
En esta ocasión tengo que agradecer a los compañeros ya que la decisión ha sido consensuada y de esta manera menos "dolorosa". Quizás hubiésemos tenido suerte y solo hubiésemos encontrado una lluvia ligera y un viento suave, pero la posibilidad de estar 7-8 horas en la montaña empapados y pasando frío era alta (y con probabilidad de estar con gripe durante toda la semana), así que ahora pasados unos días estoy contento de la decisión tomada. Además hay que tener en cuenta mi falta de experiencia en este tipo de travesías, y no eran estas las mejores condiciones para estrenarse.
 
 
Todo esto me hace pensar en el eterno debate sobre donde está el limite en este deporte. Por desgracia este es un debate que sale a la luz solo cuando pasa algo grave. El caso más impactante que recuerdo fue el de una atleta que murió hace dos años mientras participaba en la prueba de ultratrail Cavalls de Vent, que se celebró con unas condiciones meteorológicas extremas de fuerte lluvia, viento y frío.
 
 
En estos casos primero entran en juego los organizadores de carreras y después nosotros, los atletas. Está claro que los organizadores, frente a condiciones meteorológicas difíciles o a posibles problemas de seguridad, van a hacer todo lo posible para que las carreras se celebren, ya que detrás siempre (o casi) hay un interés económico, como mucho van a aportar modificaciones en el recorrido como en el caso de ayer.
También hay excepciones, sin ir más lejos este mismo fin de semana se ha tenido que suspender el maratón de Lanzarote, ya que las autoridades locales habían prohibido todas las manifestaciones deportivas por el mal tiempo.

En segundo lugar, somos nosotros -los atletas- quienes tenemos que tratar de tomar decisiones lógicas, cuando la carrera a la que vamos a acudir se presenta con condiciones difíciles. Yo soy el primero que siempre quiere correr pase lo que pase, y que me cuesta mucho dejar de hacer lo que me gusta, y aunque me considero una persona racional, es fácil caer en la tentación. Esta ha sido la primera vez en que realmente me he enfrentado a esta decisión por las condiciones meteorológicas muy malas, y además coincidiendo con una carrera larga, por montaña y por lugares desconocidos. Evidentemente si se hubiese tratado de una carrera en asfalto y en ciudad el problema hubiese sido muy menor. 

Pues eso, corre rápido, corre lejos, corre mucho, disfruta, pero ¡con cabeza!

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